¿ES OPCIÓN QUITAR UN PSICOFÁRMACO SI MI PERRO O GATO SE ENFERMAN? ÉTICA Y COSTO-BENEFICIO
En el campo de la medicina veterinaria, cuando un paciente bajo tratamiento con psicofármacos muestra nuevos problemas de salud, es esencial evitar la tendencia de asociar automáticamente estos signos al medicamento. Este tipo de suposición inmediata es no solo antitética desde el punto de vista médico, sino que también revela una falta de rigor y pericia. Todo profesional debe tomarse el tiempo necesario para investigar todas las causas posibles y realizar un diagnóstico diferencial completo antes de considerar el fármaco como responsable.
La función del psicofármaco: una necesidad, no una opción
Es importante entender que los psicofármacos no se prescriben como una opción o preferencia, sino como una necesidad clínica basada en la situación particular del paciente. Estos fármacos están diseñados para tratar desórdenes neurobiológicos y emocionales que, sin tratamiento adecuado, pueden empeorar con el tiempo.
Suspender el psicofármaco sin una razón sólida y sin un plan alternativo puede generar más complicaciones que soluciones, afectando gravemente la calidad de vida del animal. Este tipo de intervención precipitada puede causar efectos de rebote, incremento de los signos originales e incluso generar nuevos desórdenes, lo que en términos médicos es absolutamente contrario a los objetivos de salud.
Suponer que los suplementos son una alternativa
Una creencia errónea común es que los suplementos o cualquier medida alternativa pueden reemplazar los efectos terapéuticos de los psicofármacos. Es importante recalcar que estos suplementos no están diseñados ni validados para tratar trastornos neuropsiquiátricos o emocionales. Además, la evidencia científica actual no respalda el uso de suplementos como una alternativa eficaz a los psicofármacos. Pretender que productos naturales o suplementos pueden cumplir con la misma función puede poner en riesgo la salud del paciente, al no ofrecer el mismo control sobre la química cerebral que un tratamiento farmacológico específico.
La limitación de opciones farmacológicas
Otro factor clave a considerar es que, en muchos casos, el abanico de opciones de psicofármacos en medicina veterinaria es limitado. A diferencia de otras áreas donde se puede cambiar fácilmente de tratamiento si surge alguna intolerancia o efecto secundario, en el campo de la etología clínica y la psicofarmacología veterinaria no siempre contamos con múltiples alternativas eficaces y seguras. Por esta razón, cualquier modificación en el tratamiento debe hacerse con extremo cuidado, asegurándose de que se mantenga el bienestar del paciente y no comprometa su estabilidad emocional o neuroquímica.
Por lo tanto...
El manejo de psicofármacos en medicina veterinaria debe hacerse de manera ética, informada y con un profundo respeto por las necesidades individuales del paciente. No asumir por conveniencia que cualquier problema de salud está relacionado con el fármaco es crucial para evitar decisiones poco eficaces.
Es vital llevar a cabo evaluaciones detalladas y considerar todos los diagnósticos diferenciales posibles.
A su vez, se debe reconocer que los psicofármacos son herramientas necesarias, no opcionales, para tratar ciertos desórdenes, y que sustituirlos por suplementos o interrumpir su uso sin un plan riguroso puede ser dañino y no representa un manejo médico adecuado.