¿POR QUÉ SE PRESCRIBEN PSICOFÁRMACOS? Una guía para la (des)información

07.09.2022

Ya sabemos que las redes sociales aportan de todas las formas posibles. Pueden informar útilmente pero a veces pueden desinformar con mala o buena intención.

VAMOS A HABLAR DE PSICOFÁRMACOS...

En Medicina del Comportamiento, "las pastillas" hasta ahora permanecen tras bambalinas. Son usadas por pocos de nosotros y para decirlo claramente, son usados por menos aún, de manera correcta.

Debo decir honestamente que nuestra "formación" como Etólogos Clínicos es muy dispar, y habemos distintos profesionales con distintas capacitaciones y grados académicos, pero dentro de esta gran masa somos todos iguales ante los ojos del público. Debiéramos por tanto, todos saber qué hacer con este tema. 

Teóricamente, cualquiera podría prescribir un psicofármaco y es en esa teoría donde nos perdemos porque si ya en humana es sabido el uso y abuso de estos principios activos - desde ahí el estigma que cargan -  en perros y gatos muchas veces estas sustancias dan miedo y pavor a los tutores y para qué decir a otros profesionales que no son médicos y están relacionados al mundo del comportamiento. Se llegan a difundir muchos malos comentarios, amparados en mitología pero sin amparo científico ni de la experiencia comparada. 

ES VERDAD... 

Se ven muchas malas prescripciones, recetas extendidas sin un diagnóstico del paciente, dosis que no corresponden, fármacos que no corresponden al blanco que queremos mejorar, malas indicaciones de uso, indicaciones de fármacos a pacientes que nunca se les valoró su estado físico, entre tantas otras que me tocan ver a diario de pacientes que provienen de otros lados. 

Por eso se van alimentando estos rumores, chismes, malos entendidos que los "psicofármacos son malos" y lo peor aún... hay algunos más osados (porque la ignorancia da mucho valor), que dicen que no son necesarios.

¿PERO ALGUIEN SABE PARA QUE SIRVEN? Y no, no es para "calmarlos" o "doparlos"... eso es parte de la mitología, de hecho. 

Tengamos en cuenta algunos datos que veo día a día en mi consulta:

- Los pacientes llegan desgastados a nivel fisiológico producto del estrés crónico. Al menos yo me doy el trabajo de evaluar esto con parámetros objetivos (exámenes y no sólo hemograma o perfil). Hay daños renales, hepáticos, en piel y pelaje que nadie notó antes. Es un círculo vicioso que va empeorando el comportamiento general. 

- Los pacientes llegan con niveles exacerbados de ansiedad y la gran mayoría ya agresivos. Están "chatos" de lo que les pasa y a nivel cerebral, su estructura ya ha cambiado de maneras insospechadas. 

- Los pacientes adquieren hábitos compensatorios a nivel físico: comen más, corren, se dan vueltas, arquean columna, etc. Terminan dañando su salud física. Pocos evaluamos estos detalles tan importantes. 

- La gran mayoría de ellos proviene de una "infancia" hostil o sus primeras semanas fueron "del terror" (destete temprano, interrumpido, mal llevado a cabo, intervención humana inadecuada, parasitosis externas e internas, hospitalizaciones, encierro, miedo, castigos, inanición, trauma severo). Eso cambió su configuración cerebral para siempre. Conexiones que nunca se formaron, no van a poder madurar como se debe. No les va a permitir llevar a cabo normalmente los procesos ya conocidos como el de "socialización" como si fuese un perro normal, por más que vaya a escuela de cachorros, se encuentre con perros muchas veces, etc.

- La gran mayoría de los pacientes tiene comorbilidad digestiva (o sea, están enfermos de la "guatita"), por inmadurez de sus vías nerviosas y además por los destetes tempranos y mala alimentación temprana que modifican para siempre su microbiota ("microorganismos buenos dentro del intestino"), capacidad de absorción entre otros. Muchos son mal llamados "aspiradoras" y los llenan de kongs o platos laberinto pero siguen comiendo basuras y robando hasta edades adultas, otros son "delicados de guatita" o alérgicos alimentarios pero sin un diagnóstico real. Cargan con enfermedades de difícil diagnóstico y esto les trae molestias crónicas y lo expresan en problemas de comportamiento. En la consulta y con ayuda de nuestros colegas especialistas, es nuestro DEBER subsanar esto.


¿ENTONCES PARA QUÉ SIRVEN? 

Simple, para poder regular todo lo anterior, porque son sustancias complejas y específicas, que actúan en un blanco específico para reparar, regular, reestructurar. Los conocemos tan poco que hemos inventado mucho de ellos. 


"Sólo se le teme a lo que no se conoce"


Y es que NO TODO se resuelve con entrenamiento. Estamos mal acostumbrados por tradición a pensar que nuestros perros y gatos sólo ejecutan conductas malas o buenas, y para eso hay que "programarlos" enseguida, pero nos olvidamos que tienen un cuerpo que puede estar con alteraciones. 

Es super importante detenernos aquí porque un entrenador calificado debiera estar capacitado mínimamente para reconocer esto y derivar donde corresponda. Seguir trabajando esto con comandos, con olfato o con paseos no va a solucionar nada porque son problemas NEUROBIOLÓGICOS; de "estructura" neuronal. RED FLAG: si llevas "ocho mil" sesiones y tu perro aún no aprende algo tan fácil como sentarse o una llamada. O peor aún, están intentando tratar una patología, porque con puros comandos, no se tratan. Los perros son increíblemente rápidos en sus procesos cognitivos. Si eso le está pasando, ahí no es. 


Como muchos saben, mi otra área de especialización es la Psicofarmacología. Entregar un psicofármaco a un paciente perro o gato para mi NO ES ESCRIBIR UNA RECETA. Es saber lo siguiente:

1. Cuál es el diagnóstico de mi paciente (OJO: si vas a un Etólogo y no te da un diagnóstico: RED FLAG)

2. Qué enfermedades tiene, en qué entorno vive, quienes son sus tutores y sus capacidades emocionales y cognitivas, su nivel socioeconómico, su entorno, sus proyecciones y expectativas. 

3. Cuál es su nivel de "daño" a nivel neurobiológico. En este punto, la mayoría de mis pacientes lo tienen y por eso es importante abordarlos desde el punto de vista médico porque hay detalles que sólo en consulta se pueden conocer. De esto saben los tutores de mis pacientes. Hay ciertos rasgos, patrones conductuales, etc., que marcan la diferencia.

4. A partir de esto saber que tan alterada está su química cerebral. Porque a partir de saber qué juegos juega, cómo come, como son sus interacciones, cómo y cuánto duerme, por ejemplo, puedo saber cuáles neurotransmisores (químicos cerebrales) están afectados/desrregulados. 

5. Saber si es que le doy un fármaco, cuál forma farmacéutica le viene mejor según el paciente (comprimidos, jarabes, cápsulas) y también según su capacidad de absorción (debo saber si está sanito o no de su aparato digestivo). 

6. Con exámenes en mano voy a saber qué tan efectivos serán esos fármacos a la hora de transportarse, si serán intervenidos por algún otro factor y eso debemos corregirlo. Por algo estamos en una consulta de medicina. No es decir "ay! es que este medicamento no funcionó" y listo. El problema se busca y se soluciona. 

7. Y bueno, con esos antecedentes, prescribo la receta.

8. Y ahí no acaba todo, pues recién inicia el tratamiento etológico. Depende del tutor qué tan exitoso sea nuestro seguimiento y camino. En la mayoría de los casos, es así. La comunicación es clave porque todas las dudas se van resolviendo. 

NO ES TAN FÁCIL COMO DICEN - COMO PARECE. 

NO ES ENTREGAR PASTILLAS. ES ENTREGAR SALUD Y BIENESTAR A UN PACIENTE QUE REALMENTE LO NECESITA, BAJO PARÁMETROS OBJETIVOS Y ESTANDARIZADOS. 



Al decir que los pacientes "no necesitan" psicofármacos, es echar por tierra sus signos, desconocer que existen trastornos complejos, no saber evaluar etológicamente a un individuo para ver lo evidente y sobretodo, no estar interesado en su salud física, sabiendo que bajo el influjo del estrés el organismo se resiente de muchas formas y NO PUEDE APRENDER (por eso los pacientes son "desobedientes", "distraídos", "no pescan", son inquietos, muerden, se olvidan de todo al día siguiente, o parece que les costara aprender). 


Es saber lo que se está haciendo y por qué. Y los resultados lo respaldan. Mis pacientes se van de alta, no necesitan largos cursos de obediencia, no necesitan collares de puntas o ahorque, se van con su salud impecable y sobretodo, sabiendo que sus cerebritos fueron "reparados".

Porque, si no lo sabían, los perros vienen educados y programados para portarse bien. Incluso para vincularse contigo y desde ahí tu eres su guía y referente. Si no parecen "educados" es porque sus mecanismos de autocontrol, sensoriales están afectados y eso es materia médica. 

Es impresionante ver cuando ya están estabilizados, cómo buscan sus estrategias sin necesidad de ser mandados a cada rato. Son inteligentes, prácticos y concretos. Los conocemos muy poco y les tenemos muy poca confianza, por eso siempre buscamos controlarlos pero en el camino nos hemos perdido y nos hemos olvidado de lo más importante: SU SALUD FÍSICA Y SU SALUD MENTAL. 

Si tu perro o gato han pasado por estos procesos y no tuvieron buenos resultados, puedes leer esta guía o bien, tener en cuenta que no siempre todos los profesionales sabemos de todo. Habemos Etólogos Clínicos especializados en la parte farmacológica, neurobiológica y de medicina, que trabajamos con patologías de difícil resolución a través del análisis diagnóstico y tratamiento multimodal. Puedes recurrir a nosotros si sospechas que tu regalón padece de alguna condición de difícil resolución.