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10 RED FLAGS EN UN ETÓLOGO CLÍNICO

16.09.2024

Elegir un etólogo clínico adecuado es fundamental para garantizar el bienestar de tu perro o gato, especialmente cuando se enfrenta a problemas de comportamiento. 

Un buen etólogo no solo debe tener conocimientos científicos actualizados, sino también ser capaz de trabajar de manera ética y empática, ofreciendo soluciones personalizadas y basadas en evidencia. 

Sin embargo, es importante estar atentos a ciertas señales de alerta, o "red flags", que pueden indicar que el profesional no está proporcionando la atención que ustedes se merecen. Aquí algunos puntos básicos, que son los que muchos tutores acusan luego de pasar por malas experiencias previas:


  1. No usa un diagnóstico basado en evidencia: Un buen etólogo debe basar sus evaluaciones en métodos científicos actualizados. Si utiliza teorías desfasadas o no respalda sus conclusiones en datos concretos, es una señal de alerta.
  2. Propone tratamientos poco éticos o invasivos: Si sugiere castigos físicos o herramientas como collares de choque sin antes considerar alternativas más respetuosas, es probable que no esté priorizando el bienestar del animal.
  3. No da seguimiento adecuado a los tratamientos farmacológicos: Si receta medicamentos sin un plan claro de seguimiento o sin evaluar cómo responde el animal, puede estar dejando pasar problemas importantes que podrían afectar la evolución del tratamiento o simplemente, demostrando que desconoce el uso de los psicofármacos y significar un riesgo más que una ayuda. 
  4. Evade las preguntas del tutor: Un profesional debe estar dispuesto a explicar cada paso del tratamiento. Si evita responder dudas cuando necesitas aclaraciones, podría no estar comprometido con el caso o no sabe cómo responder a ciertas inquietudes.
  5. Afirma que no hay solución al problema sin buscar más alternativas: Un buen etólogo clínico siempre intentará encontrar nuevas opciones o enfoques. Pero, si te dice que no hay solución y deja el caso así tal cual como empezaron, puede estar desistiendo demasiado pronto y de manera injustificada.
  6. No explica sus decisiones: Cada intervención o recomendación debe tener una razón clara. Si no te explica por qué toma ciertas acciones, es posible que no esté actuando de manera transparente.
  7. Ofrece soluciones demasiado generales o superficiales: Si las sugerencias que te da son cosas que fácilmente podrías encontrar en internet, sin adaptar el tratamiento a las necesidades específicas de tu mascota, podría no estar profundizando lo suficiente en el problema.
  8. No sigue un plan lógico o estructurado: Un buen tratamiento debe ser metódico y claro. Si sus propuestas parecen desorganizadas o carecen de un plan paso a paso, puede estar improvisando sin un análisis detallado.
  9. Muestra miedo o rechazo a los psicofármacos: Si evita el uso de medicamentos por miedo o por creencias infundadas, en lugar de basarse en la ciencia, podría estar limitando el tratamiento de tu perro o gato. Busca otra opinión pronto. 
  10. No trabaja en equipo con otros profesionales: Es esencial que un etólogo clínico considere otros factores médicos y colabore con veterinarios de otras áreas e incluso, etólogos clínicos de más experiencia cuando no sabe de ciertos diagnósticos o no sabe prescribir psicofármacos. Si no lo hace, el tratamiento puede ser incompleto.

Reconocer estas señales puede ayudarte a tomar decisiones más informadas y garantizar que tu mascota reciba el cuidado adecuado. Un etólogo clínico responsable debe ser transparente, comunicativo y dispuesto a explorar todas las opciones para mejorar el bienestar de tu compañero. 

Si notas alguna de estas red flags, es el momento de buscar una segunda opinión o cambiar de profesional para asegurar un tratamiento que verdaderamente responda a las necesidades de tu mascota. Ningun tratamiento o profesional amerita meses de espera o medidas infructuosas mientras tu perro o gato sufren en la espera