¿PELEAS ENTRE GATOS?

12.07.2017

Esta última semana he atendido varios casos donde hay conflictos entre gatos que viven en la misma casa, y por otro lado, me han preguntado muchísimo por redes sociales, tutores desesperados por encontrar una solución a este problema. Pues bien, pareciera que algunos gatos no van a parar nunca de pelear. Estas peleas parecen ser tan intensas y sobretodo tan abruptas que es difícil pensar con la cabeza fría y encontrar una causa y una solución para parar esto. Pero lo primero es que nunca debemos dejar de tener en cuenta que tenemos que saber - si o si - que hay varias razones por las que dos o más gatos viviendo bajo el mismo techo no se llevan bien.

Una de las más comunes es una socialización temprana deficiente; si tu gato fue "hijo único" por mucho tiempo y tuvo poco contacto con otros felinos, su reacción al enfrentarse a uno de ellos puede ser bastante agresiva, porque simplemente tiene miedo a lo desconocido y no tiene las habilidades suficientes para gestionar este desafío; lo más rápido y efectivo será hacer desaparecer la amenaza. Esto va a ocurrir si llevas un nuevo gato a su casa, donde todas las rutinas del gato antiguo se verán modificadas. Ni decir su territorio. Para nadie es novedad saber que el gato es un animal territorial.

Otra de las causas muy frecuentes es cuando escogemos un compañero "no adecuado" para nuestro gato. Y me refiero a que no es adecuado, simplemente porque al gato no le parece bien compartir su presencia porque su lenguaje corporal le parece amenazante, porque tienen que compartir recursos como comida, lugares de descanso, bandejas, tú presencia. Solemos tomar este tipo de decisiones sin asesoría previa y usualmente por impulso, o porque la necesidad de rescatar a ese animal era urgente- pero olvidamos que para el gato "dueño de casa" este cambio puede significar un desafío importante a su tolerancia, a la capacidad para adaptarse al cambio, y a compartir el mismo espacio. Hay casos que son favorables y no se ven grandes cambios, pero no suele ser la regla, por lo que debes estar asesorado con anticipación.

Muchas veces dos gatos se llevaron bien toda la vida en la misma casa, hasta que uno de ellos tuvo que ser llevado fuera de casa por diversas circunstancias, como ser hospitalizado, y al volver éste, estalla una guerra campal. Otras veces, uno de los gatos alcanza una edad adulta y las peleas comienzan a aparecer. O bien, cualquier evento sumamente estresante para uno de los gatos y que no sepa gestionar adecuadamente, terminará redirigiéndolo al otro gato. Por supuesto, nunca olvidemos que cualquier cambio repentino también podría ser una indicación de una condición médica subyacente y es algo que en cualquier problema de comportamiento debe ser tenido en cuenta como posible causa.

¿Te preguntarás finalmente que se hace en estos casos? Lamentablemente, siempre tengo que repetir que no hay soluciones mágicas. Mucho menos existe algún medicamento (como muchos me piden a menudo), pues primero tenemos que conocer la causa para luego enfocar bien un plan de tratamiento. Usualmente realizamos una reintroducción gradual (y a veces muy gradual!), de los gatos, que en lenguaje humano, sería volver a presentarlos, olfativa, visual y físicamente, pero esta vez controlando ambientes, interacciones y recursos controlados y donde evitamos a toda costa que lo sigan pasando mal, porque cada pelea entre ellos es un evento que los estresa montones y su efecto puede durar varias horas después. Ni mencionar que la aversión que se va generando es mayor y por tanto, los eventos agresivos pueden empeorar si no hacemos nada para ayudarles. Muchos tratamientos no prosperan pues no estamos dispuestos a realizar un manejo del ambiente tan controlado, donde debemos intercambiar a los gatos de lugar, hacer intercambio de feromonas y estar constantemente atentos a los avances para así poder progresar en el tratamiento. Dedicar una parte del tiempo a jugar con ellos, logran que interactúen de a poco, ir informando avances al profesional que los asesora.

Hay coadyuvantes en las terapias, como feromonas de territorio o de apaciguamiento que se indican según la individualidad de cada caso, o bien otros como las Flores de Bach. ¿Qué debes saber de ellas? que por sí solas poco o nada pueden hacer, a menos que el caso sea leve. Que deben ser entregadas producto de un asesoramiento personalizado y donde se sepa por qué se está recomendando ese producto y no otro. Esto para evitar, como siempre, que perdamos el tiempo intentando con medidas únicas que de todas maneras necesitan un manejo personalizado y profesional.

Si tus gatos están pasando por un problema así debes saber que en este momento no lo están pasando bien; tanto como el agresor como el agredido están sufriendo estrés y los lleva a actuar como lo están haciendo hasta ahora, y es tu deber como tutor ayudarles de la mejor forma. No es un problema que se resuelva por si solo y mucho menos es algo que debemos tomarlo a la ligera. Por ello todos los problemas que se desprendan de estas peleas sólo se verán disminuidos en cuanto empecemos el trabajo. Busca ayuda profesional y mucho éxito, estoy segura de que pronto todo volverá a la normalidad. Tu cariño, constancia y compromiso son la base en este camino. 

Tigri y Rusio, dos de mis pacientes que fueron evaluados y tratados en Febrero 2017: superaron su conflicto y ahora viven en paz y armonía, junto a otra gatita que fue introducida posteriormente. 


Dra. Soledad Torres Alvarado
Médico Veterinario y Máster en Etología Clínica
CONCIENCIA Etología Clínica